lunes, 29 de septiembre de 2008

Nahalal, un pueblo en círculos

Contemplar Nahalal a vista de pájaro resulta espectacular, su distribución en círculos sorprende y recuerda un enorme sol. Desde el centro ocupado por los edificios comunales se extienden en círculos concéntricos las casas, las granjas y finalmente los campos. Esta distribución fue escogida no sólo porque fuera la más práctica sino porque también era la más igualitaria.


Nahalal, situado en el actual Israel, era un ciudad bíblica de la tribu de Zabulón que bajo el dominio romano recibiría el nombre de Mahalul y florecería como centro comercial, su peso económico se mantendría bajo el dominio bizantino. Con el tiempo el nombre evolucionaría a Ma’alul el nombre del pueblo árabe que se establecería durante el periodo otomano.

La historia del moderno moshav comenzaría en 1921. Sus fundadores habían emigrado a Palestina desde Europa del Este durante lo que se conoció como Segunda y Tercera Aliyá entre 1904 y 1914. Después de trabajar en granjas cooperativas durante una década, estos colonos habían adquirido la experiencia necesaria como agricultores, pero no estaban satisfechos con los modelos de vida comunitaria que habían encontrado, por lo que decidieron organizar el nuevo asentamiento según un nuevo modelo que sería conocido como moshav.

Los moshav al igual que, los más conocidos kibutz, pondrían el énfasis en el trabajo comunitario, sin embargo los moshav mantendrían la familia como elemento básico de organización social. En un kibutz la tierra es toda comunitaria, mientras que en un moshav se divide en granjas que aunque son todas del mismo tamaño se gestionan de manera individual. Mediante un impuesto especial, que es igual para todos los granjeros, se sufragan los gastos comunitarios.

Cada granjero recoge su propia cosecha pero es el moshav quien se encarga de comercializarla junto a la de las demás granjas. También se encarga de comprar los suministros para todas las granjas en conjunto. De esta manera se evita la competición de precios entre los granjeros de un mismo moshav y la explotación de estos por parte de los mayoristas y proveedores externos. Otro aspecto positivo, es que al quedar los granjeros liberados de estas tareas pueden centrar todos sus esfuerzos en la granja y ser más productivos.

Aunque las cosechas se venden de manera conjunta cada granjero recibe la parte que le corresponde por la producción que aporta. Este sistema permite que los granjeros que sean más productivos obtengan más beneficios y por tanto puedan vivir mejor que los que no son tan buenos. En los kibutz la situación es muy distinta ya que, al menos teóricamente, todos los miembros disfrutan del mismo nivel de vida, puesto que los beneficios y salarios se reparten de manera igualitaria entre todos sus miembros.

Los moshav no serían tan revolucionarios en lo social como los kibutz, aparte de cómo hemos dicho organizarse en torno la familia, huyeron de los experimentos sociales llevados a cabo en los donde los niños eran criados y educados de manera comunal apartados de sus padres, hasta el punto que estos pasaban sólo un par de horas con sus hijos. En un moshav las vidas personales eran totalmente privadas.

Debido a estas diferencias sociales, los moshav fueron más aceptados por los inmigrantes judíos mizrajíes (provenientes del Oriente Medio y norte de África) y el movimiento kibutz fue básicamente una institución de los askenazíes (provenientes de Europa Central y Oriental).

Es un tanto paradójico que los moshav pese a ser más numerosos y populares que los kibutz resulten menos conocidos. Una razón que puede explicar este hecho es que nunca gozaron del mismo prestigio que los kibutz, que llegaron a tener un cierto status de élite.

El moshav del que hablamos, Nahalal, se estableció en tierras cedidas por el Jewish National Fund. En un principio se asentaron en una colina próxima a Ma’alul. En aquel entonces la zona que se convertiría en el emplazamiento definitivo se encontraba en un estado desolador. Los manantiales y riachuelos no encontraban un punto para desaguar sus aguas por lo que estas creaban ciénagas y charcos, lo que convertía las tierras en una zona de incubación del mosquito Anofeles, el portador de la malaria.

Así que antes de fundar el definitivo Nahalal los colonos ayudados por trabajadores judíos tuvieron que trabajar duro para desecar la tierra y convertir en fértiles las tierras salvajes. Este grupo de colonos tendría más suerte que los dos anteriores, que lo habían intentado antes sin éxito, y consiguieron convertir en habitable el paraje.

Una vez el terreno ya estaba listo se procedió a su reparto y urbanización. La distribución escogida fue ideada por el arquitecto Richard Kauffman y se convirtió en el modelo para muchos moshav que se establecieron con posterioridad hasta el 1948. La organización en círculos concéntricos por un lado suponía una buena solución a las necesidades de seguridad, eficiencia y planificación. Pero también mostraba un compromiso con los valores igualitarios, pues no había diferencias entre unas casas y otras, todas se encontraban a la misma distancia del centro y por tanto de los servicios.

Una carretera circular rodea el centro que es donde se encuentran los edificios públicos tales como escuelas, guarderías, edificios culturales, administrativos, economatos, almacenes o sinagoga. En este centro también se encuentran la piscina o la biblioteca así como tiendas o pequeñas factorías de procesado de alimentos.

Las casas de los habitantes que no se dedicaban a tareas del campo están situadas en el primer círculo que rodeaba el centro, estos habitantes son “servidores públicos” ya sea en activo o retirados. Las granjas ocupan el siguiente círculo y en el exterior están los jardines y campos. Círculos que a medida que se alejan del centro se hacen cada vez más amplios, divididos en un total de 80 partes iguales, 75 para los miembros del moshav y 5 para la escuela de agricultura.

Situadas a la entrada de cada una de estas 75 granjas se encuentra la casa de cada una de las familias, detrás de la cual se encuentran los edificios de la granja y las tierras de cultivo.

Nahalal como el resto de los moshav y kibutz empezó a apartarse de sus ideales colectivistas a partir de los 70. En el caso de muchos kibutz sus habitantes empezaron a tener unas vidas más privadas y, por ejemplo, los hijos volvieron a ser criados en la familia. También en esta década se empezó a depender cada vez más del trabajo de empleados de fuera del moshav, muchos de ellos árabes.

Los principios de la década de los 80 fueron duros para muchos moshav, que pasaron por dificultades económicas, propiciadas por la hiperinflación que sufrió Israel y el problema que suponía absorber todos los hijos que pretendían permanecer en la comunidad. La vida en los moshav seguiría evolucionando y a finales de los 80 cada vez más residentes tenían empleos en otros sectores diferentes al de la agricultura, fuera de sus comunidades, alejándose del ideal de auto-empleo. Por lo que en cierta manera los moshav se empezaban a parecer a pueblos dormitorio en los cuales los habitantes tenían que desplazarse para trabajar cada día.

En la actualidad Nahalal cuenta con 730 residentes, de los cuales 350 son granjeros y 165 se dedican a otras actividades. Desde 1991 algunos de los aspectos de cooperativa se han ido perdiendo. Ya no existen ni responsabilidades ni garantías mutuas entre los miembros de la comunidad. Ahora cada miembro debe obtener crédito en solitario y bajo su única responsabilidad. Los miembros son también los únicos responsables de las finanzas de sus granjas y de mantener a sus familias. La cooperativa ya tampoco se encarga de comercializar los productos de manera conjunta, sino que cada granjero se encarga por separado.

*foto 1: Vista aérea de Nahalal
*foto 2: Llegada de los primeros colonos el 11 de Septiembre del 1921
*foto 3: Plaza central de Nahalal en la década del 1930


posts relacionados:
- Crespi d'Adda, la joya del paternalismo industrial
- Narkomfin, la utopia de la vida colectiva hecha edificio

+info:
- Nahalal, the first Moshav Ha’Ovdim Settlement in Israel in nahalal.org
- Nahalal in en.wikipedia.org
- Moshav in en.wikipedia.org

8 comentarios:

Carlos OC dijo...

Es un diseño muy bello. Por vistosidad y por lo práctico que es.

Concuerdo más con la organización social del moshav que con la del kibutz, puesto que habiendo igualdad de oportunidades quien más trabaja puede tener mayores ingresos.

Todo lo utópico acaba sucumbiendo al capitalismo, que pena.

Bovolo dijo...

Hola Orayo,

Sí, aunque utópicamente el kibutz parece ideal, creo que el moshav es más justo.

En los kibutz surgían problemas de convivencia con aquellos que se alejaban (o los demás al menos lo creían) del "contribuir cada uno según con sus capacidades y recibir acorde a sus necesidades", que eran vistos como parásitos.

Veo que compartimos interés por la utopía. Seguiremos hablando de kibutzs en el blog.

Un saludo!

Zero Signal dijo...

Has sido incluido en el meme de la felicidad (una chorradilla, vamos)

Bovolo dijo...

Muchas gracias por el meme Zero Signal, lo apunto en la lista de tareas pedientes ;-)

Eduardo Retamero dijo...

Todo muy bonito, pero ¿dónde acabaron los originarios habitantes de esas tierras? Seguramente en algún campamento de refugiados, mientras los colonos sionistas ocupaban sus propiedades y destruían sus casas cuando no se dedicaban a matarlos. Espero que algún día kibutz y moshav desaparezcan de la faz de Palestina.

Anónimo dijo...

la foto es impresionante, bonita utopia por cierto

buenos dias!

Blue Lion dijo...

Los "originarios habitantes de esas tierras" son precisamente quienes establecieron esos asentamientos, señor Eduardo, quienes sacaron del atraso y el marasmo a esas tierras, las hicieron productivas y civilizaron,con esfuerzo y trabajo duro, y mucha unidad. Volviendo al tema, espero que con la galopante crisis que se esta dando se regrese a las practicas antiguas, muy nobles y de mucha utilidad.

Bovolo dijo...

No fue intención de este post causar polémica. Los objetivos eran mucho más modestos, simplemente descubrir un pueblo de panorámica peculiar y dar a conocer un modo de vida diferente. Distinto de los más habituales y muy probablemente utópico.

Pero que bonitas son las utopías, sólo superadas por las utopías fracasadas.

Un saludo a todos!