jueves, 29 de octubre de 2009

El milenario ritual de las Torres del Silencio

En otro tiempo fueron muchas, pero hoy apenas quedan. En ellas, las torres del silencio o dokhmas, se conserva uno de los rituales funerarios más peculiares a ojos de todos aquellos ajenos al Zoroastrismo, pero que para los fieles de esta religión resulta el más aceptable y natural: La exposición de los cuerpos de los difuntos al sol, al viento y… a los buitres. Un acto final de caridad que, además, iguala a pobres y a ricos.

Torre del Silencio parsi en 1880. Foto original

El Zoroastrismo concede una especial importancia a la preservación de las Siete Creaciones (el cielo, las aguas, la tierra, las plantas, los animales, el hombre y el fuego). El hombre, la única creación que es consciente, tiene entre sus obligaciones la de conservar la pureza y lo que tienen de sagrado todas las demás.

La muerte es vista como un triunfo temporal del espíritu malvado Ahriman, cuya naturaleza es la de la destrucción del orden divino. Cuando una persona muere, el demonio de los cadáveres entra en su cuerpo y se apodera de él, contaminando todo lo que entra en contacto con él. El cuerpo pasa a ser considerado impuro, nasu. De esta manera, dar sepultura a los cuerpos de los difuntos contribuiría polucionar el elemento tierra; incinerarlos, el del fuego y arrojarlos al mar, el del agua.

Para evitar estas contaminaciones, el Vendidad, el código de leyes zoroastrista “dado para mantener alejados a los daevas” (los espíritus malignos causantes de la impureza) y confundirlos, propone un estricto protocolo que se debe seguir para deshacerse del cuerpo de los difuntos de la manera más segura posible, preferiblemente evitando el contacto con el fuego, el agua o la tierra. Todo con el máximo respeto hacia el difunto, pero intentado evitar cualquier peligro para los vivos.

Poco después del momento de la muerte, el cuerpo del difunto es sometido a un baño ritual con agua y, después, es vestido con ropas de algodón blanco. Después de unas plegarias y de recitar varios pasajes de los textos sagrados zoroastristas. El difunto es colocado sobre una sabana de algodón en el suelo. Dos de sus familiares se sientan a su lado.

Miembros de la comunidad zoroastrista de Yezd (Irán), foto del 1909. Original.

Es en este momento cuando el cuerpo comienza a caer bajo la influencia del demonio de la descomposición y comienza a ser considerado impuro. Nadie puede tocarlo a excepción de los que lo vistieron y los nassesalars, portadores de los féretros, un cargo que solía ser hereditario. Los nassesalars se encargan de cubrir todo el cuerpo con una sábana blanca y después colocarlo sobre una plancha de piedra en una esquina de la sala.

A continuación se hace que un perro vea el cadáver. Es un ritual importante, que se repetirá varias veces durante el funeral, cuyo objetivo es confirmar que la persona está realmente muerta. Son perros que viven en las inmediaciones de las Torres del Viento y que están especialmente reservados para este ritual. Son perros con cuatro ojos. Los otros dos, son dos marcas idénticas, vistas como ojos, situadas justamente encima de los dos ojos reales y que les dan la fuerza necesaria para protegerse.

Después de este ritual, se trae el fuego a la sala y se mantiene ardiendo en un jarrón con incienso y fragancia de sándalo. Los zoroastristas creen que este fuego destruye los gérmenes invisibles de la enfermedad. Un sacerdote se sienta delante del fuego y recita continuamente fragmentos del Avesta hasta el momento de llevar el cuerpo hasta la Torre del Silencio. Como es esencial que el cuerpo se exponga al sol, está prohibido llevarlo durante la noche, por lo que se tiene que transportar durante el día.

Un par de horas antes de ese momento, vuelven a la casa los nassesalars (tienen que ser al menos y siempre un número par), vestidos totalmente de blanco y con todas las partes de su cuerpo, a excepción de la cara, cubiertas para asegurarse que no son infectados, en caso de que el difunto haya muerto de alguna enfermedad infecciosa. Los nassesalars traen consigo unas andas para el transporte del cuerpo, que tienen que ser metálicas, la madera al ser porosa es más probable que atrape y transmita gérmenes, por lo que está totalmente prohibida durante todo el ritual funerario.

Interior de una torre. Foto de Annesh.

Un par de sacerdotes rezan unas últimas plegarias y se repite el ritual de que un perro vea el cadáver. Este el momento en que la mayoría de los amigos y familiares del difunto rinden los últimos honores y pueden contemplar su rostro por última vez. Después, los nassesalars cubren la cara con una pieza de tela. En este momento, comienza la procesión fúnebre que sigue el cadáver hasta la Torre del Silencio, siempre a una distancia de al menos 30 pasos y todos vestidos totalmente en blanco. Cuando llegan allí, los que han seguido la procesión tienen otra oportunidad más para ver al difunto y, otra vez, se vuelve a realizar el ritual del perro.

Mientras, la puerta de hierro de la torre se abre y los nassesalars, que son los únicos que pueden acceder a su interior, suben el cadáver hasta su azotea. Las torres suelen tener una forma uniforme y un tejado plano con un perímetro ligeramente más alto. El suelo de su tejado está dividido en tres círculos concéntricos. Si el difunto es un hombre, su cuerpo se deposita en el más exterior. Si es una mujer, en el segundo. Y si es un niño en el central. Pero no hay ninguna distinción de clase, como dice un poema persa: “La muerte iguala a todos, tanto si se muere como rey sobre un trono o como un pobre sin cama en el suelo.”.

Después de despojar al difunto de sus ropas usando unos ganchos y otros instrumentos metálicos, los nassesalars lo dejan allí, expuesto al sol y a las aves carroñeras. Cuanto antes sea devorado, menos se descompondrá y menor será el riesgo sanitario y de contaminación. El diseño de las torres incluye una especie de canalones radiales, aunque puedan parecer un adorno, su verdadera misión es la de permitir la evacuación de los fluidos corporales y de la lluvia hacia el pozo situado en el centro de la torre que es donde se encuentra el osario.

Es en este osario donde después de que las aves de rapiña hayan devorado el cuerpo y de que el sol y el viento los hayan blanqueado (lo que puede llevar hasta un año), se depositan los huesos. Allí con la ayuda de cal se comienzan a desintegrar hasta que finalmente los restos son arrastrados por el agua de la lluvia, y después de pasar a través de varios filtros de carbón vegetal y de arena acaban perdiéndose en el interior de la tierra, desde donde acabaran llegando al mar.

La exposición de los cadáveres por parte de los zoroastristas es un ritual funerario muy antiguo. Los estudiosos creen que, en un principio, los indo-iranís sepultaban a sus muertos, pero fue después del primer milenio A.C. cuando abandonaron esta práctica en beneficio de la exposición ritual. Se han encontrado osarios en Irán del siglo V y IV A.C. en los que los huesos están sueltos, por lo que podrían haber sido expuestos al sol y a las aves carroñeras, aunque no se puede asegurar.

Parsis de Bombay, grabado del 1878. Original.

Antiguamente se llevaba el cuerpo hasta lo alto de alguna montaña y se dejaba allí para que los buitres y otras aves carroñeras se alimentaran de él. Antes, se sujetaban al suelo sus manos y piernas para evitar que las aves pudieran acercar el cuerpo a alguna forma de vida, ya fuera una planta, una fuente de agua o un asentamiento humano. Después de la exposición al sol y de que los buitres hubieran devorado el cadáver, se recogían los huesos y se llevaban a un osario.

Más tarde, los osarios serían substituidos por las Torres del Silencio. Como emplazamiento se escogieron los mismos lugares donde antes exponían a sus muertos, la cima de colinas o pequeñas montañas en medio del desierto, lejos de las áreas habitadas.

Sin embargo, después de la conquista del Imperio Sasanida por los árabes en el siglo VII, las torres de Irán comenzaron a ser abandonadas al mismo tiempo que el Zoroastrismo comenzó su lento declive. Los árabes trajeron consigo su religión, el Islam, y poco a poco la población comenzó a ceder a las presiones sociales y económicas para convertirse. Los primeros fueron la nobleza y la población de las ciudades, entre los campesinos el proceso fue más lento.

No obstante, algunos decidieron conservar su antigua religión. De estos, unos prefirieron marchar del país para escapar de la persecución religiosa, como los parsis que emigraron a la India, y otros se quedaron, pero tuvieron que refugiarse lejos de los centros de gobierno, donde la presión religiosa era menor, como las ciudades de Yazd y Kerman, situadas en zonas desérticas, y que hoy siguen siendo centro del Zoroastrismo en Irán.


Torres del Silencio parsi en 1880. Foto original.

Estas comunidades iraníes mantuvieron vivo el ritual de la Torres del Silencio hasta comienzos del siglo XX. Fue entonces cuando la práctica comenzó a ser abandonada en favor de las cremaciones o los entierros. Los motivos fueron varios. Por un lado, el Islam consideraba la disección innecesaria de un cadáver como una forma de mutilación, lo que provocó que algunas de las torres fueran asaltadas, para consternación y humillación de las comunidades zoroastristas. Segundo, el crecimiento de las ciudades hizo que las torres, que inicialmente habían sido construidas en zonas deshabitadas, se encontraran en los límites de las zonas pobladas. El tercer motivo vino de dentro de la propia comunidad, cuando los fieles empezaron a considerar el sistema como antiguo, propio de otros tiempos.

Con el tiempo, las torres del silencio se fueron sustituyendo por cementerios. Aunque sus tumbas respetaban los preceptos del Zoroastrismo: revestidas de piedra y una capa de cemento para evitar el contacto directo con la tierra. La última dakhma se cerró por ley en los años 70.

En India, las torres del silencio de los parsis, los zoroastristas que prefirieron marchar, también han acabado siendo absorbidas por el crecimiento urbano. Y aunque se encuentran rodeadas de jardines, la construcción de rascacielos en ciudades como Bombay ha provocado que lo que antes no se podía ver, ahora este a la vista de los que viven en las plantas más altas.

Pero los parsis tienen que hacer frente además a otra dificultad aún mayor: la dramática disminución de la población de buitres en la India. En torno al 97% de los buitres ha muerto a causa del diclofenaco, un antiinflamatorio destinado al ganado de uso muy extendido en India por ser un método barato para la prevención de enfermedades diversas, pero que provoca la muerte de los buitres cuando estos se alimentan de ganado tratado con este fármaco.

Los pocos buitres que quedan son incapaces que consumir totalmente los cuerpos. Ante esta dificultad, se han planteado su cría en cautividad y el uso de “concentradores solares” (una especie de espejos de grandes dimensiones) para acelerar la descomposición.

Torre del Silencio en las afueras de Yazd (Irán). Foto de Annesh.

Estos concentradores son sólo una solución para los días claros, pero en ocasiones, cuando hace mal tiempo, se ha tenido que recurrir al enterramiento. Los buitres podían consumir un cuerpo en sólo cuestión de minutos, pero no se ha encontrado ningún otro método capaz de igualar esa marca.

Las torres del silencio también han suscitado cierta polémica dentro de la propia comunidad parsi. Las torres suelen ser gestionadas por las Anjuman, unas asociaciones zoroastristas de perfil predominantemente conservador y que están en contra de los matrimonios con fieles de otras religiones, por lo que en algunos casos los hijos de estos matrimonios mixtos no han podido usarlas.

PS: En 2004 se estimaba que aún quedaban entre 145.000 y 210.000 zoroastristas en todo el mundo. 70.000 parsis, 5.000 en Paquistán, 25.000 en Norteamérica, unos 10.000 en Asia central, 3.500 en Australia y en 1979 unos 22.000 en Irán.

Enlace permanente a El milenario ritual de las Torres del Silencio

+posts:
- Zoroastrismo, una religión milenaria que aún sobrevive
- Las carreteras de los cadáveres
- Sati, ¿amor eterno o suicido a la fuerza?

+info:
- Torre del silencio en es.wikipedia.org en.wikipedia.org
- Rituals de pas I: les torres del silenci a Rastres, vestigis, derelictes
- A Zoroastrian Tapestry in The Hindu
- The Funeral Ceremonies of the Parsees. Their origin and explanation by Jivanji Jamshedji
- Zoroastrians in death the last taboo
- Shortage of vulture threatens ancient culture in The Independent

31 comentarios:

Rick dijo...

Gran blog, me hago seguidor tuyo

Rodericus dijo...

Magnifico articulo y enriquecedor.
El zoroastrismo es una de las grandes religiones olvidadas en la actualidad.
Parece sér que en algunas partes del Tibet también se practica un rituál funerario parecido.
He leido en álguna parte que esto se debe a la escaséz de tierras cultivables en el altiplano Tibetano.
Podria ser que el zoroastrismo se exportase al Tibet a través de las relaciones creadas por las caravanas comerciales antes de la llegada del Budismo a aquellas tierras, y dadas las condiciones del lugar persistiese este ritual.

Unknown dijo...

Que ritual mas interesante para despedirse de los difuntos. Me ha asombrado el respeto por la naturaleza que hay en el .

soul groover dijo...

Interesante...sabes que el año pasado cuando fuí a Macchu Pichu, un guia me conto, mostrándome la zona conocida como "El Condor", que los nichos que se encuentran sobre este eran usados para dejar ahi a los reales difuntos para que los cóndores se los comieran y elevasen sus cuerpos al cielo...algo similar con lo de esta entrada....la verdad es que nunca pude confirmar esto que me contó el guía...sábes algo de ello? un saludo

General Gato dijo...

Excelente posteo, probablemente uno de los mejores sobre temas históricos que me ha tocado leer en bastante tiempo. Saludos.

Bovolo dijo...

Bienvenido, Rick! Un placer que te guste.

Rodericus, llevas razón. En la web "Death - the last taboo", que está en la sección +info, habla de ello. Aquí tienes el enlace. El ritual es muy parecido, aunque sin torre. En esa web, también habla de otras culturas indígenas que practican, o han practicado, la exposición ritual.

Pablo2M, la verdad que, como mínimo, es bastante diferente de a lo que estamos acostumbrados. Y un gran respeto a la naturaleza, puedes leer más sobre la relación entre Zoroastrismo y ecología en la wikipedia.

Soul groover, pues no sabía nada de lo de los cóndores. Pero me lo apunto para investigarlo.

General Gato, muchísimas gracias por tu comentario. Encantado de que te haya resultado interesante.

Un saludo a todos!

AnimalUno dijo...

Un poco escabroso, ¿No?

Tripiyon dijo...

No sabía nada de esta religión. Es increíble la diferencia de costumbres en las distintas culturas.
Saludos

Chesana dijo...

Siendo como es el tema de la muerte y los enterramientos algo de lo que huye el ser humano, hay que reconocer que tu artículo es, en parte inquietante y desde luego muy interesante.

Me alegra haber dado con tu blog.

Saludos.

Bovolo dijo...

AnimalUno, Chesana, a mí también me dio un poco repelús el tema mientras lo escribía. De hecho, eliminé algunos detalles. Pero aún así, me siguió pareciendo muy interesante. Siempre desde el respeto.

Como dice Tripiyon, las costumbres de las diferentes culturas son muy diferentes. Y muy probablemente los zoroastristas, u otros, tampoco compartan algunas de las nuestras.

Yo supe de los zoroastristas hace tiempo, no se si fue a raíz de la muerte de Freddie Mercury o en clase de filosofía, hablando de Zaratustra. Pero me resultó fascinante lo antigua que era y la influencia que había ejercido sobre otras religiones.

Un saludo a todos!

PS: Bienvenido, Chesana.

Carlos OC dijo...

Yo tambien iba a comentar que en el Tibet se hace algo parecido. Alli trocean al cadaver y machacan los huesos para facilitar el trabajo a los buitres.

Impresionante entrada. La verdad es que a mi el ritual me gusta bastante por aquello de volver al ecosistema, pero me gustaria que fuera en un entorno natural. Alejado de la vista de las personas, solos yo y la naturaleza.

salu2

Jorge dijo...

Tuve la suerte de descubrir tu blog hace poco tiempo (hubiese querido encontrarlo antes) y es de los mejores sitios de historia que he visto. Pero este artículo, por lejos, me resultó no solo instructivo y entretenido sino que trata sobre culturas de las que sabemos por lo general poco y nada. Por lo tanto tiene doble mérito.

Felicitaciones para tí y que sigas brindando a tus lectores material de tan alta calidad durante mucho tiempo.

Regina Castejon dijo...

Muy interesante, desconocia tanta historia enriquecedora. Me gusta mucho la frase que citas del poema persa: “La muerte iguala a todos, tanto si se muere como rey sobre un trono o como un pobre sin cama en el suelo.”. Es todo un ritual funerario. Saludos cordiales

Jeshua_Morbus dijo...

Una forma más de dar una despedida a los muertos. No hay que escandalizarse ni sorprenderse de ellos: Los zoroastristas eran consecuentes con sus creencias y actuaban de tal manera.

Una vez, un historiador griego (de nuevo, escribo de memoria) fue a un país extranjero en la que se celebraba el canibalismo funerario. Lo mismo que le horrorizó a él encontrarse con semejante costumbre, les sorprendió a ellos que les contara que en Grecia se enterraba a los cadáveres, considerando "sandez" su exposición de los hechos.

Interesante artículo.

Bovolo dijo...

Orayo, a mí me da un poco cosa... pero supongo que en parte es cultural. En cualquier caso, en sitios aislados de la civilización mucho mejor.

Bienvenido, Jorge! Muchas gracias por tu comentario y felicitaciones. Encantando de que el blog te resulte ameno.

Siempre me he sentido atraído por el romanticismo de las ruinas. Ya sean edificios o culturas. Todas estas cosas que están a punto de desparecer me encantan.

De Interés, a mí también me pareció una gran cita. Por eso no pude resistirme a ponerla ;-)

Jeshua, sí en parte puede ser como comer gambas y comer saltamontes, pero... a mí por lo menos, esta práctica, que me parece admirable, me da un poco de repelús.

Saludos!

Unknown dijo...

Qué cosas...

Este si que fue un método democrático y ecologista...

Sigue contándonos estas historias! Un saludo!

Pumuky dijo...

Como bien dice rodericus2009 en algunas partes del Tibet se sigue practicando y creo recordar que a los buitres se lo ponen a huevo pues a los cadaveres se les descuartiza cual cordero por un carnicero especializado en tal menester,a mí particularmente me parece la reostia.
GRAN BOVOLO una entrada cojonuda,un abrazo y a seguir bien.

padawan dijo...

Había leído sobre las torres, pero no tenía ni idea acerca del ritual anterior. me ha parecido muy curioso lo de los perros de "cuatro ojos"

Bovolo dijo...

Padawan, sí desde luego que es todo un ritual. Para mí lo más impactante fue el final y era también lo que conocía.

Pero a medida que fui leyendo, fui averiguando más cosas y me pareció un ritual muy interesante y cuidado.

Un saludo!

Bovolo dijo...

Álvaro, se intentará ;-)

Pumuky, vaya! Es una manera de hacerles más fácil el trabajo a los animalitos, pero el trabajo del "troceador" no lo quería para mí.... Aunque bien pensando, es como una autopsia :-S

Un saludo majetes!

Vladimir S dijo...

Interesante. Me llamó mucho la atención los guiños que se hace a la cuestión epidemiológica por el asunto del "germen de la enfermedad".
Si se manejaban en esos términos hace tantos siglos, antes de que la microbiología se desarrollara.

Anónimo dijo...

pues vaya un repelus ya se porque no me gustan los buitres ademas se acostumbran y luego teminan atacando animales vivos como ocurre en la for de lumbier en navarra , os aconsejo una visitica con niños o animal de compañia ya me contareis como se os ponen los nervios.

Bovolo dijo...

kmaxtli, sí, es curioso. Supongo que a base de años de experiencia, se fueron haciendo asociaciones.

loreazaharra, supongo que los zoroastristas no tienen ese prejuicio cultural que nosotros tenemos hacia los buitres. No sé porque creo que esa recomendación ir con niños o animales, va con segundas ;-)

Por cierto, desconocía el caso. Puede ser que sea porque ya no encuentran restos de animales muertos?

Un saludos a todos!

Alexandre dijo...

Gracias por los créditos, Bovolo. Yo me interesé por todo este asunto gracias a un foto muy enigmática de una torre del silencio que vi en una exposición sobre religiones en Madrid. Sin embargo, esas que recoges com los buitres apostados en el quicio no le van a la zaga.
Como siempre, muy minuciosa y esclarecedora la descripción de los ritos de enterramiento. También me ha divertido ese ingenio de los consumidores solares que se han "empescat" para acelerar la descomposición. Sí que tenía notícia del problema con el exterminio químico de los carroñeros que asola la India.
Si tienes un rato muerto y no lo has hecho, te recomiendo la lectura del informe sobre Persia que enlace en mi entrada.
Por cierto, que acabo de subir una nueva que también considero que será muy "bovoliana".
Saludos.

Bovolo dijo...

De nada, Alexandre!

Las fotos que seleccioné para el post me parecieron impactantes, incluso un poco siniestras. Pero supongo que los zoroastristas no lo ven así. En la web de la que las saqué había una buena colección sobre este tema y otros del zoroastrismo. Te la recomiendo.

Ahora miro tu nueva entrada, he estado dos semanas un poco desconectado y se me ha acumulado el trabajo. El google reader echa humo ;-)

Saludos!

xxx dijo...

Dos cosas:

La primera decirte que te han fusilado tu magnífica entrada de las torres del silencio en el programa de éste sábado de la rosa de los vientos. Cuando digo eso es como cuando copias a fulanito en un examen y el profe te llama para pedirte cuentas (encima lo han contado en el mismo orden en la que van todos los argumentos). Lo segundo es que también los mongoles hacen lo de la exposición de cadáveres abandonándolos en el campo como advertí en la interesante película ¨Urga¨ en la escena del principio cuando el simpático camionero ruso se tropieza de bruces con un cadáver comido por los pájaros que aunque no entraba en plano se adivinaba el encuentro por la cara y las imprecaciones que soltaba mientras escapaba a toda pastilla (¨me cago en la puta...mierda, cabrones, mama!¨ ;X). Por cierto, cuando se lo contaba a un mongol con el que haría buenas migas el tipo le comentaba de que era un buen hombre y por eso los pájaros se dignaban a comer su cuerpo.

Bovolo dijo...

XXX, lamentablemente eso que me cuentas creo que pasa demasiado a menudo. Conozco algunos bloggers un tanto mosqueados con el tema :-S

Creo que es una manera fácil y barata de encontrar contenidos con los que llenar un programa, más en un momento en que los medios van como van :-S

Interesante lo de los mongoles. No son los únicos que practican alguna forma de exposición de cadáveres. Por cierto, es un pueblo del que tengo pendiente hablar en el blog.

Muchas gracias y bienvenido!

Nudimmud dijo...

Esplendido blog. Lo seguiré. Gracias.

Bovolo dijo...

Gracias a ti por el comentario.

Bienvenido, Nudimmud!

Jo Mero dijo...

Gracias. Lo comparto, con su permiso. El filósofo Friedrich Wilhelm Nietzsche era muy entusiaste del trasfondo filosófico de esta religión, en contraposicoiónba la cristiana a la que aborrecía, por creer, equivocadamente, que era un culto para los débiles y pacatos.

Sobre el medidçia del superhombre, exclamaba:
Ja! Ich weiß, woher ich stamme!
Ungesättigt gleich der Flamme
Glühe und verzehr’ ich mich.
Licht wird alles, was ich fasse,
Kohle alles, was ich lasse;
Flamme bin ich sicherlich!

(¡Sí! Sé de dónde vengo!
Insaturado igual a la llama
Recocido y consumido a mí mismo.
La luz es todo lo que toco,
Carbón todo lo que dejo;
De la flama estoy seguro!

Bovolo dijo...

Encantado que te haya interesado, Jo Mero.

De todas maneras, he leído que el Zaratustra de Nietzsche no tenía mucho ver con el del Zoroastrismo.

Aunque se basara en él. Algo así como una inspiración libre. No?

Saludos!