miércoles, 9 de abril de 2008

Sistematizarea, el intento desastroso de llevar la ciudad al campo rumano

A principios de los 70, el Ceausescu ideó un plan con el fin equiparar el nivel de vida de la Rumanía rural con el de sus ciudades, así nació la "Sistematizarea" (sistematización en rumano). Para cumplir estos nobles fines era necesaria la eliminación de los pueblos "inviables" e "irracionales", es decir, todos aquellos que no llegaban, o que no se preveía que llegaran, a la cifra "óptima" de 3,000 habitantes, sus habitantes serían obligados a mudarse a los pueblos que si que eran "viables" o incluso a pueblos de nueva construcción.

En sus inicios la sistematización consistió principalmente en la demolición y reconstrucción de los pueblos y ciudades, en parte o totalmente, el objetivo era convertir a Rumanía en una "sociedad socialista desarrollada multilateralmente". Con este plan se pretendía traer las ventajas de la vida moderna al campo, como medida para frenar la emigración creciente hacia las ciudades. Esta emigración compuesta en su mayoría por hombres, había dejado una población rural predominantemente compuesta por mujeres, gente mayor y niños. Por otra parte las diferencias de nivel de vida entre el campo y la ciudad se habían convertido en inaceptables desde el punto de vista ideológico para un régimen comunista.

Unos 550 pueblos fueron seleccionados para convertirse en complejos agro-industriales gracias a la inversión en escuelas, clínicas, vivienda e industria. El país tendría que doblar el número de ciudades para principios de los 90. Al mismo tiempo, se hicieron planes para el resto de los 13,000 con los que contaba Rumanía. Las mayoría de estos pueblos tenían menos de 1,000 habitantes y muchos ni siquiera llegaban a los 500, muy lejos del número de habitantes necesario para garantizar la viabilidad de los servicios, 3,000. De esta manera los pueblos con pocas perspectivas de llegar a ese número fueron considerados "irracionales", tenían que ser demolidos y su población llevada a pueblos más grandes. Otras veces el se optaba por una reducción de servicios y así lograr que la gente se mudara a los pueblos "viables".

Muchos de estos pueblos "viables" primero eran total o parcialmente arrasados y después se construían bloques de pisos. Aunque la sistematización tendría que afectar a todo el país se inició en Moldavia, donde afectó al pueblo natal de Ceausescu, Scornicesti, donde la casa de su familia fue el único edificio viejo que se dejó en pie, en el resto de su pueblo las casas rusticas fueron sustituidas por altos edificios de hormigón.

El plan se llevaba a cabo con pocos miramientos, los vecinos eran avisados de un día para otro que sus actuales casas serían "sistematizadas" y tenían poca opciones de recurrir los planes, de nada servía el desagrado con el que la mayoría de la población recibía el nuevo urbanismo. Paradójicamente lo que pretendía ser un plan que fomentara la población rural, en algunas áreas tuvo el efecto contrario, por un lado la falta de fondos no permitía al estado construir edificios planificados y la norma que obligaba a que todos los edificios nuevos fueran de al menos dos plantas impedía a los aldeanos construir casas más pequeñas por su cuenta.

Los huertos privados fueron prohibidos dentro de los nuevos pueblos fueron prohibidos. La agricultura de subsistencia había producido gran parte de las cosechas de frutas y hortalizas de país. Así no es de extrañar que como efecto de la prohibición la producción de estos productos bajara en todo el país. La reacción de las autoridades fue del todo irracional, proponiendo una nueva ley que obligaba a las nuevas ciudades a ser agriculturamente auto-suficientes. De hecho un beneficio supuesto de esta concentración de las viviendas era una ganancia de suelo cultivable.

A principios de los 80, sólo el 10% de las nuevas casas habían sido construidas, los ambiciosos planes de crear 365 nuevas ciudades antes de los 80 tampoco. La ambición y el ansia de planificar chocó con la falta de fondos. Sin embargo esto no desalentaba a los planificadores estatales, que en 1988 incrementaron el número inicial de pueblos a demoler pasando de 3,000 a unos 7,000. Y centraron los esfuerzos de esta "revolución" urbanística en Bucarest donde sus habitantes acuñaron una nueva palabra para referirse a ella, "Ceaushima", resultado de combinar Ceausescu con Hiroshima.

Leer segunda parte: Ceaushima, el desquiciado urbanimos del nuevo Buscarest de Ceausescu

*foto 1: Nicolae Ceausescu, tal como aparecía en un sello rumano en 1958
*foto 2,3: Los bloques de apartamentos con apariencia soviética se extendieron por todo el país. Fotos de la ciudad Craiova (fotos de Florin Tanovici, ver foto 2, ver foto 3)

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6 comentarios:

Anónimo dijo...

La idea en principio no era mala, otra cosa es que se hiciera bien. ¿Cuantos pueblos hay en España que estan practicamente despoblados o mal comunicados? Aunque no exista un plan para ellos, con el tiempo acabaran desapareciendo por si solos.

Anónimo dijo...

Opino lo mismo que el/ la camarada anterior . La idea en principio no era mala, ahora bien, puede que no se llevara a cabo correctamente.
En España pasa lo mismo: miles de pueblos practicamente deshabitados o utilizados como residencias de ocio, las tierras abandonadas, habitados por 4 viejos... Seria positivo para el futuro del mundo rural hacer un plan de sistematizacion, pero adaptandolo a España.

Bovolo dijo...

No estoy del todo convencido.

Aunque los objetivos eran nobles e interesantes para la población, hacer las cosas por la fuerza, no suele ser una buena manera.

Luego trasplantar la gente de un pueblo a un complejo. Estoy pensando aquí, en España, los pueblos que se han construido para sustituir otros que han quedado bajo las aguas de algún pantano.

Por otro lado, para la supervivencia del campo, creo que es, desde luego, necesario que disponga de los mismos servicios que la ciudad, pero creo que casi más importante, es que haya puestos de trabajo.

Aunque el pueblo sea pequeñito, si cerca hay alguna fábrica, una central eléctrica... Algo que de trabajo, pues no veo la necesidad de reubicar la gente.

Que pensáis?

Un saludo, gente!

Anónimo dijo...

Hola camarada, soy el mismo de antes. Pues sí, lógicamente si hay trabajo en un pueblo, para qué cambiar nada. A lo que yo me refiero es a que se deberían de seleccionar unos cuanto pueblos para construir viviendas y poner unas cuantas explotaciones agricolas, esto seria muy beneficioso para nuestro abandonado mundo rural y también para miles de personas sin empleo que podrian estar interesadas. Lógicamente, esto lo tiene que hacer el Estado, pero en nuestro sistema capitalista es impensable. Esperemos que algún día las cosas cambien.

Bovolo dijo...

Sí, podría ser interesante. Establecer un "hub" de servicios o industrialización en las regiones menos pobladas, pero respetando los pueblos anteriores y la economía anterior y, además, hecho a una escala más humana y jamás impuesto a las gentes.

Y más que enfocado a ha cambiarlo todo, enfocarlo a ayudar, a reforzar, a completar lo que ya hay.

Está claro que la situación del medio rural ahora en España, en muchísimos casos, dista mucho de ser la ideal. Y la situación no tiene una resolución fácil.

Un saludo!

Anónimo dijo...

Claro , pero cuando digo que lo hay que cambiar es porque es sabido que el actual sistema no lo va a hacer, entonces, para que la realidad cambie es necesario cambiar el actual sistema conservador por uno mas popular. A los burgueses que gobiernan no les interesa para nada ni el medio rural , ni los trabajadores ni la gente normal, quieren que seamos cada vez mas dependientes del exterior y que cada vez produzcamos menos porque les sale mas barato, asi cada vez nos endeudamos y empobrecemos mas.