lunes, 14 de julio de 2008

San Simeón el Estilita, la vida en lo alto de una columna

Simeón el Estilita fue un santo anacoreta diferente, pues a la edad de 32 años se subió a lo alto de una columna (stylos en griego) de la cual no volvería a bajar durante los 37 años siguientes hasta acabar sus días. En lo alto de la columna pudo encontrar la tranquilidad que no encontró cuando años antes se había ido a vivir a una cueva en el desierto a la que se hizo encadenar. Sin embargo allí la visita constante de peregrinos no le dejó dedicarse a su vida de oración y sacrificio, fue en este momento cuando ideó este nuevo modo de vivir totalmente nuevo y diferente, que crearía escuela y que hizo de él una figura admirada en todo el mundo conocido.

Simeón nació en el año 390 en Sisan cerca de Tarso, en la actual Siria. De niño fue pastor de ovejas hasta que un día en la iglesia se entusiasmó al oír el sermón de la montaña de las bienaventuranzas: "dichosos serán los pobres, porque de ellos es el Reino de los Cielos, dichosos los puros de corazón porque ellos verán a Dios". Decidido a llevar una vida acorde con ellas decidió ingresar en un monasterio.

Así a los 15 años pudo cumplir su deseo y entró en uno. Estando allí en una ocasión, durante la Cuaresma decidió imitar a Jesús y pasar sus 40 días ayunando. Tras consultar a un monje más anciano se convenció que lo podría resistir, pues según este un hombre podía aguantar hasta 55 días sin comer. Cuenta la tradición que durante esta cuaresma rezó 14 días de pie, después 14 sentado y los últimos días acostado debido a la debilidad. El domingo de Resurrección fue encontrado desmayado en el suelo por el abad del monasterio, que encontró los panes y el agua que le habían llevado desde el monasterio a su lado sin tocar. Hay que decir que el Sabbath no se cuenta dentro de la Cuaresma por lo tanto aquellos que ayunan si que pueden comer.

Tras conseguir reanimarlo el abad del monasterio descubrió que llevaba una forma primitiva de cilicio incrustada en su cintura, se dice que fue el propio Simeón su inventor. El abad no lo consideró adecuado, pues creía que una penitencia tan extrema podía llevar al resto de los hermanos a exagerar sus mortificaciones así que le invitó a abandonar el monasterio.

Después de la Cuaresma se fue a una pequeña cueva en el desierto en la que pretendía permanecer prisionero el resto de su vida, en un primer momento se mandó encadenar para evitar la tentación de volverse a la ciudad, aunque más tarde como medida de humildad mandaría retirar la cadena. En estos momentos era ya un personaje conocido y el flujo de peregrinos a su cueva para pedir su bendición y consejo era constante.

Fue en este momento cuando se subió a su columna, incapaz de escapar del mundo horizontalmente lo intentó verticalmente. La primera columna en la que vivió era de sólo 3 metros, la segunda sería de 7, pero como aún la gente trataba de subirse a ella, hizo levantar la que sería la definitiva de 17 metros. En lo alto de columna había una pequeña plataforma y algo parecido a una balaustrada para no caerse, pero no había nada más que le protegiera del sol, el agua, a las tormentas o el viento.

Se cuenta que sólo comía una vez por semana. La mayor parte del día y la noche la pasaba rezando y un sacerdote le llevaba la Comunión a diario. Su peculiar modo de vivir encima de una columna sin duda impresionó sus contemporáneos y su fama se extendió por toda Europa. Las gentes acudían desde lugares lejanos en masa buscando su consejo y él les predicaba dos veces por día a la vez que resolvía pleitos entre los que estaban peleados. Cuenta la tradición que Simeón no permitía a ninguna mujer acercarse al pilar, ni siquiera su propia madre.

En lo alto de la columna tuvo que pasar muchas pruebas, desde gente que acudía a insultarlo para probar su paciencia, hasta críticos que consideraban que su peculiar modo de vida era un simple capricho y no un intento de búsqueda de la santidad. Una delegación de estos críticos acudió a su columna y le exigieron que descendiera, Simeón sabiendo que sin obediencia no hay santidad se dispuso a seguir sus órdenes pero no fue necesario que bajara pues al ver su docilidad los Obispos le rogaron que permaneciera arriba.

Su fama se extendía y se dice que el Emperador Theodosio y su mujer Eudocia acudieron a oír sus consejos, también se comenta que mantenía correspondencia con San Genoveva de París o con el Emperador Bizantino Leo al que aconsejaba sobre concilios y reformas. Simeón no perdía el contacto con el mundo, es más cuanto más alta era su columna más gente acudía a verlo, ya no sólo peregrinos sino también gentes atraídas por la curiosidad. A algunos de estos visitantes se les permitía subir a su columna por medio de una escalera cada tarde para pedir consejo.

Contrario a lo que se pueda creer, debido a la austeridad que el santo se exigía a si mismo, sus prédicas transmitían moderación y compasión, y estaban fuertemente marcadas por el sentido común y la huida del fanatismo.

Murió algún día del año 459, mientras rezaba arrodillado, su muerte causó un disputa entre Antioquía y Constantinopla por su reliquias, acabando estas al final en Antioquía, donde se construyó un gran edificio en su honor (su superficie total era similar a la Santa Sofía en Constantinopla), compuesto por cuatro basílicas dispuestas en torno a un patio donde se encontraba la base de la columna de San Simeón. Las ruinas de este edificio con conocidas en árabe como Qal at Siman (la Mansión de Simeón) y aún se pueden visitar.

Para su muerte Simeón ya contaba con cientos de seguidores, durante los siglos V, VI y VII la práctica de los estilitas fue bastante popular, especialmente en el Oriente Bizantino aunque teniendo poco éxito en Occidente. La práctica volvería a ganar popularidad durante los siglos X y XI. Para una ciudad o pueblo, contar con un estilita era una cuestión de orgullo, a veces una ciudad tenía varios al mismo tiempo, o una columna que era ocupada por un anacoreta tras otro. Una veces en lo alto de la columna tenían como una pequeña caseta y otras la plataforma era más parecida a un nido sin tejado. Muchos tenían discípulos que vivían cerca o alguna persona que se hacía cargo de sus necesidades y controlaba el flujo de peregrinos, la vida de muchos de estos estilitas si bien dura no sería tan austera como la de Simeón. Entre los estilitas no sólo había hombres sino mujeres.

El último caso del que se tiene constancia sería en 1461 en Rusia, aunque hoy en día hay gente se sigue subiendo a plataformas por motivos más mundanos, existiendo una prueba de resistencia llamada Pole-sitting el récord de la cuál lo tiene Daniel Baraniuk de Polonia, que se sentó en una plataforma algo más pequeña que una televisión (16 por 25 pulgadas) durante 196 días en el 2002 (con pausas cada dos horas), a 2.5 metros de altura.

Gran parte de lo que sabemos de Simeón y su vida nos ha llegado a través de Teodoreto de Ciro un escriba y teólogo contemporáneo del santo que documentó su vida, aunque obviamente algunos detalles sean resultado de la mezcla de realidad y tradición.

*foto 1: Icono en que se puede ver el capítulo de la vida de Simeón bajando y volviendo a subir en obediencia a los obispos
*foto 2: Ruinas de la Iglesia de San Simeón el Estilita, vídeo en youtube.com sobre el este monasterio
*foto 3: La columna de San Simeón


posts relacionados:
- Las iglesias excavadas del Jerusalem etíope
- Monte Athos, el jardín de la Virgen María
- Santa Catalina del Monte Sinaí, el monasterio bajo protección de Mahoma
- Rapustin, santo o demonio?

+info:
- Simeon Stylites in es.wikipedia.org
- San Simeón Estilita en EWTN Fe
- Stylites in en.wikipedia.org
- Qalaat Samaan and the Dead Cities by Carol Miller in Syria Gate
- He Dug Deeper and Ended Up High by Margaret Visser
- Vídeo en youtube.com sobre el Monasterio de San Simeón

23 comentarios:

Anónimo dijo...

De hecho, hay dos San Simeón el Estilita. Uno es el Viejo, del siglo V, el protagonista del post, y el segundo, el Joven, es del siglo VI, también es santo.

Bovolo dijo...

Si llevas razón yo me he centrado en el primero, el que llaman el Viejo, que fue el primer Estilita.

Pero entre los seguidores del Viejo, pues también hubo otro con el mismo nombre, Simeón el Joven.

Aunque por las fechas en que vivieron ambos obviamente no se conocieron en persona.

Para saber más del Joven Simeon Stylities the Younger

Anónimo dijo...

Muy relacionado con la película "Simón del desierto" de Luis Buñuel, supongo.

Bovolo dijo...

Sí, llevas razón thermidor, la película de Buñuel está inspirada aunque de manera libre en la vida de este santo.

Saludos!

Anónimo dijo...

Otra "bizantinia" que disfruto como un macaco. La verdad es que me fascina toda la historia que huela a gnosticismo, cristianismo primitivo u ortodoxia greco-oriental.
Hay un libro, de pequeñas piezas cuasipoéticas de Joan Perucho que es una mina de datos, pese al filtro imaginativo que le imponía el autor. Fue, de hecho, uno de los últimos suyos y en catalán se titula "Els pares del desert".

En fin, a ver si consigo corresponderte en los próximos días con alguna curiosidad que tengo entre manos...

Atenea dijo...

Qué lástima no poder aportar nada para comentar este post, salvo decir que me ha parecido muy interesante y al igual que lo del ritual sati tampoco conocía de la existencia de San Simeón el Estilita. Por cierto estuve echando un vistazo a tu post al de la máquina ajedrecista, jejeje, es una casi coincidencia!, lo digo porque mi último post también está relacionado con el ajedrez pero enfocado a la participación femenina.

Un saludo!

Pd.: Te he agregado a mis links.

Anónimo dijo...

Al leer esta historia me ha recordado a la novela "El Baron Rampante" de Italo Calvino.
(Muy buen libro).
Solo que el personaje principal era un poco mas rebelde

Bovolo dijo...

Gracias Alexandre, tendré en cuenta tu recomendación.

A mí, como bien sabes, también me encanta Bizancio.... su liturgia, su arte (iconos, arquitectura, pinturas)...

Saludos!

Bovolo dijo...

Minerva,

Me alegro que haya podido descubrirte estos dos temas. El del sati fue para mi también una sorpresa que descubrí hace poco.

Curiosa coincidencia la del ajedrez, la mía desde el punto de vista de las máquinas... la tuya desde el de la mujeres.

Muchos saludos!

Bovolo dijo...

Nacho,

Es curioso porque muchas veces los lectores me recomiendan libros, que apunto, pero que no he leido.

Pero este que comentas tu sí! Realmente tiene mucho parecido cuando escribía el post me lo recordó. Uno viviendo en su columna y otro encima de los árboles, aunque eso sí realizaban actividades diferentes.

A mí también me encantó lo leí hace mucho tiempo... pero resulto curioso y muy entretenido.

Gracias por tu comentario!

punkoatl dijo...

Entonces era misogino? ya que no dejaba acercarse a las mujeres!! yo creo le daban como asquito!!!mm eso me genera mas aun mas dudas!!

Me gusto tu blog, ya esta agregado a mis feeds

Bovolo dijo...

Tal vez quisiera alejar la "tentación"... aunque eso no incluiría a su madre.

Si lo que cuenta la tradición es cierto, me temo que podría ser misógino o tal vez sólo un hombre de su época.

En cualquier caso, al menos su legado no distinguió entre hombres y mujeres. Y no sólo tuvo seguidores sino también seguidoras.

Bienvenido punkoatl!!!!

María dijo...

Lo de San Simeón el Estilita (el Viejo) es algo impresionante. Yo me encomiendo casi diariamente a él pues amó MUCHO a Dios. Desde luego yo no llevo la más mínima idea de imitar su vida, pero le admiro un montón. Y no me extraña que tantas y tantas personas de los lugares más recónditos quisieran acercarse a él buscando consejo y consuelo. Fue sin duda un hombre de una profunda vida interior y de un espíritu de sacrificio increíble. En algún lugar leí que fueron 42 los años que estuvo subido a una columna, que permaneció siempre de pie, y que las piernas y los pies los tenía espantosamente enfermos.

5 de Enero: San Simeón el Estilita (El Viejo).

3 de Septiembre: San Simeón el Estilita (El Joven).

Gracias, Bovolo, por la información acerca de este santo. Es la primera vez que participo en este blog. Lo acabo de descubrir "correteando" por Internet. Lo encuentro muy interesante. Mi ENHORABUENA para Bovolo, y también para los que participáis en este blog.

Bovolo dijo...

Vaya, pues por unos se nos ha pasado el santo del joven ;-)

A mí también me impresionó su vida. Precisamente ahora hace unos días que he vuelto de Grecia. Uno de los lugares que visité ha sido Meteora. Donde siglos más tarde, otros eremitas también recurrieron a la altura para aislarse del mundo.

En un sitio que te recomiendo. Ahora lleno de turistas es muy diferente, pero en su tiempo, si la facilidad de accesos que hay hoy en día.

Bienvenido, J., gracias por comentar.

PS: otro post que supongo que también te gustará es el de Skellig Michael. Muy en la línea de este o de Meteora.

María dijo...

Bovolo:

Me he adentrado en los dos Links que nos has proporcionado, y me han gustado mucho. Como el segundo se trataba de un post, he podido escribir en él.

¡¡¡ Y gracias por darme la bienvenida !!!

Anónimo dijo...

Bueno, pues me voy a animar a poner por escrito lo que ningún comentarista ha dicho aún: ¡Que menudo chiflado el tal estilita! ¡Hace falta estar chalado para vivir así! ¡Un pésimo ejemplo de salud mental! ¡Un excelente ejemplo de personaje ridículo!

Bovolo dijo...

Pues a mí me parece que cada uno es libre de vivir como le plazca, siempre y cuando no haga daño a los demás.

Según parece, Simeón no hizo mal a nadie; según otros, incluso les hizo bien.

Un saludo!

Anónimo dijo...

Cada uno es libre de vivir como le plazca, desde luego. Pero no todas las formas de vivir corresponden a libres elecciones vitales: algunas son claramente patológicas, y corresponden a transtornos mentales que imposibilitan la libre elección. Hoy día sería indefendible dejar a su libre albedrío a quien mostrara señales de alguna patología mental que lo condujera al autodeterioro; es más probable que se le declarara irresponsable. Se abre así el debate de dónde están los límites de lo estrictamente legítimo y de la necesidad de intervenir, por el propio bien del perturbado, y para intentar devolverle la salud. No son límites bien definidos, y, fuera cual fuese el resultado de un debate así acerca de algún estilita contemporáneo, lo cierto es que su exhibicionismo lo expondría, cuando menos, a juicio público. En mi opinión, Simeón merece censura, sátira y ridiculización, como ejemplo que es de adonde conduce la identificación cuerpo=cárcel y muerte=liberación. ¿Que el estilita quiere seguir en lo alto de su columna, cual si el contacto con el mundo lo ensuciara? Lo compadeceré; o me reiré de él. Así prevengo de que su ejemplo cunda. Y nada me creeré de la apologética que ensalce sus presuntas virtudes: Simeón ofende mi sentido de la verdad, de la virtud y de la belleza. Lo desprecio, sí; lo encuentro inmundo. ¡No tengo palabras para expresar mi reprobación! Aunque, por otro lado, convengo en preferir un millón de Simeones a un solo Leopoldo de Bélgica.

Éste es un blog excelente. Me siento afortunado por haberlo conocido. Un saludo a su autor.

Bovolo dijo...

Hoy desde luego que no sería muy normal. Muy probablemente acabara encerrado en algún sitio, especialmente, como tú dices, por su exposición pública.

Porque, hoy en día, existen casos de gente que vive a su manera, pero al no ser tan "visible" sigue en su mundo. Pienso en casos como los de ancianos que viven rodeados de basura.

En cualquier caso, es un cuestión complicada la de intervenir o no. Especialmente cuando no se perjudica a otras personas. ¿Dónde comienza la locura y dónde acaba la libertad?

En este caso, él estaba actuando acorde con sus convicciones. Yo no me atrevo a juzgarlo.

Encantado que te guste el blog! Un saludo!

María dijo...

Anónimo: Leyendo lo que has escrito, tengo la casi total seguridad de que no eres cristiano, pues Cristo no hablaría de ninguna persona del modo que hablas tú de San Simeón el Estilita (el Viejo). Y que conste que si no eres cristiano no pasa nada, pues el sentimiento religioso es algo muy personal, y cada uno elige la religión que cree más conveniente, o no elige ninguna religión, como es el caso de los ateos o de los agnósticos.

Recibe un cordial saludo.

.

Anónimo dijo...

bueno principal mente creo yo k este santo es un ejemplo para todos nosotros por su total entrega a dios

Anónimo dijo...

Nadie repara en un par de asuntos más mundanos de vivir años encaramado en una columna.

Lo primero: no lo puede hacer quien quiera, sino quien pueda. Esto es, requiere que alguien sostenga económicamente que tú no hagas nada, literalmente nada, en todo el día. Y corra con tus gastos de comida, de bebida, lave y cuide tu ropa, etc.

Lo segundo: en lo alto de una columna no hay espacio para un cuarto de baño :) ¿cómo solucionaba cuestiones inevitables como higiene, orinar y defecar? ¿lo hacía desde lo alto??? sin duda un espectáculo...

Gregoria Leiva dijo...

Impresionante. Me encanta la historia de estos hombres que llevaron a cabo búsquedas espirituales tan extremas. He tomado datos de tu post. Gracias.