lunes, 21 de abril de 2008

Little Albert, el niño cobaya

En 1920 John B. Watson uno de los psicólogos más importantes del siglo XX, llevó a cabo un experimento un tanto cruel para demostrar sus teorías acerca del condicionamiento de la reacción del miedo. Este experimento se convirtió en uno de los más importantes de la psicología durante el siglo XX por sus descubrimientos, y también uno de los más polémicos, en este caso por la "cobaya" que utilizó, un niño de sano, "little Albert", de tan sólo 9 meses.

Watson pretendía llevar el condicionamiento clásico más allá de lo que lo había hecho Pavlov, así que decidió en vez de experimentar con perros hacerlo con humanos. La idea que algo como las respuestas emocionales podía ser condicionado era algo muy nuevo que tenía implicaciones incluso en la antropología, donde generó la idea que la cultura era aprendida y no innata en una raza específica.

Como objeto de sus experimentos, escogieron al pequeño Albert B. del que poco se sabe, a parte de que era hijo de una nodriza (ama de leche) en el Hogar Harriet Lane para niños inválidos. Antes de empezar el experimento, el Pequeño Albert se comprobó que no presentaba ningún miedo hacia entre otras cosas los ratones blancos, conejos, un perro. Aunque ya mostraba miedo ante los ruidos fuertes.

Watson y su colega Rosalie Rayner, con la que acabaría casándose, no empezaron a condicionar el miedo en el Pequeño Albert hasta unos dos meses después de empezados los experimentos, cuando el niño ya tenía 11 meses de edad. El experimento consistía en colocar a Albert en un colchón en el medio de una habitación. Un ratón de laboratorio blanco era colocado cerca de Albert para que el jugara con él. En ese momento, el niño no mostraba ningún miedo hacia la rata, sino que como otros niños pequeños lo que intentaba era tocarla, mientras ella se movía a su alrededor.

Para intentar condicionar el miedo en Albert, Watson y Rayner, empezaron a hacer chocar un martillo contra una plancha metálica cada vez que Albert tocaba el ratón, haciendo un ruido estruendoso. De manera nada sorprendente Albert lloraba y mostraba signos de temor al oír el ruido. Después de repetir varias veces la misma prueba, se procedió a mostrar a Albert la rata sola, pero esta vez al contrario que cuando empezó el experimento, el bebé mostraba signos de angustia, lloraba, se giraba hacia el otro lado e intentaba moverse huyendo de ella.

Aparentemente, el bebé había asociado la rata blanca con el ruido. Lo que inicialmente era un estimulo neutral, la rata, se había convertido en un estimulo condicionado, que producía el mismo miedo y la misma respuesta emocional que el otro estímulo asociado. Sin embargo lo que fue aún mas problemático es que el Albert generalizó la asociación. De manera que cuando Watson introdujo un conejo (no blanco) en la habitación 17 días después del experimento original, Albert volvió a angustiarse lo mismo ocurría ante la presencia de un perro peludo, o incluso si Watson cubría su cara con una máscara de Papa Noél, con barba blanca.

Albert abandonó el hospital, y los experimentos con él no pudieron continuar. Watson afirma que pretendía desensibilizar al bebé y eliminar sus reacciones de temor, aunque Rayner y Watson conocían con un mes de antelación que Albert abandonaría el hospital por lo cual muy probablemente no podrían llevar a cabo la desensibilización. Lo cuál es visto entre los detractores de Watson como una muestra de despreocupación hacia el niño.

Watson había ideado varios métodos. Uno de ellos se basaba en la confrontación del niño con los estímulos que provocaban las respuestas de miedo, de manera que el niño al llegar a habituarse al estímulo condicionado llegara a "perderle el miedo". Otro método se basaría en la "recondicionamiento" del niño, mediante la estimulación de zonas erógenas del niño o dándole algún tipo de golosinas al mismo tiempo que se mostraba objetos que producían el miedo. La última técnica consistiría en crear actividades constructivas alrededor de el objeto que provocaba los temores.

En 1924, una discípula de Watson, Mary Cover Jones, pudo aplicar una de estas técnicas para ayudar a un niño de 3 años llamado Peter. Peter presentaba un miedo similar al de Albert hacia los conejos blancos, pero mediante la asociación de un estímulo positivo (comida) con el conejo el niño empezó a tolerar la presencia del conejo e incluso llegó a tocarlo.

En 1979 Ben Harris, presentó una visión más crítica del trabajo de Watson y Rayner, en ella afirmaba que los efectos del experimento fueron descritos de una manera exagerada, y no se puede concluir que Albert llegara a sufrir un fobia a los ratones. La alteración de la historia, según Harris, se habría llevado a cabo en muchos libros que explican el experimento que estarían plagados de imprecisiones. Estas imprecisiones maximizarían el alcance de los posteriores miedos condicionados en Albert así como el número de objetos que podrían inducir esos miedos. Otros habrían aceptado el resultado del estudio porque les servía para confirmar sus propias teorías. Sin embargo Harris admite que el estudio fue importante porque provocó más estudios en el área, pero creen que los resultados de Watson y Rayner si bien son interesantes son poco interpretables.

Aunque parece ser que en su tiempo los aspectos éticos del experimento generaron escasa preocupación, hoy en día, un experimento similar sería considerado como "no-ético", en particular porque la madre de Albert no fue informada y ni mucho menos se tenía su consentimiento informado. Y en general porque cualquier experimento para ser considerado ético debe poner por encima de la ciencia del bienestar de los participantes.

Por otra parte Albert, no fue desensibilizado por lo que según algunos, podría haber sufrido traumas psicológicos de por vida como resultado de los experimentos, otros por el contrario no le dan tanta importancia a las fobias que pudiera haber adquirido, si es que adquirió alguna. Aunque nunca lo sabremos porque nunca más se supo de él.

Watson es considerado hoy en día el padre del Conductivismo, teoría que se centra e la conducta observable del ser humano y las relaciones entre estímulo y respuestas, más que en el estado mental interno. Su fe en las técnicas de modificación de la conducta le llevó a afimar una de sus frase más famosas: "dadme una docena de niños anos, bien formados, para que los eduque, y yo me comprometo a elegir uno de ellos al azar y adiestrarlo para que se convierta en un especialista de cualquier tipo que yo pueda escoger -médico, abogado, artista hombre de negocios e incluso mendigo o ladrón- prescindiendo de su talento, inclinaciones, tendencias, aptitudes, vocaciones y raza de sus antepasados".

PS: recomendamos ver alguno de los vídeos, para hacerse una idea de la crudeza del experimento y las reacciones de pánico del Pequeño Albert

* foto 1,2: Se puede ver a Rayner y Watson "experimentando" con el Pequeño Albert

posts relacionados:
- El hombre que dejó de ser Phineas Gage
- Bouba kiki, el nombre de las cosas
- Llamada fantasma

vídeos(youtube):
- El pequeño Albert: Creación de fobias, bastante corto y se pueden ver escenas de los experimentos
- John Watson, pequeño Albert, vídeo más extenso con escenas de los experimentos y explicación de las teorías y personalidad de John B. Watson.

+info:
- Pequeño Albert in es.wikipedia.org
- Little Albert experiment in en.wikipedia.org
- Whatever Happened to Little Albert? by Ben Harris
- Condicionamiento clásico en es.wikipedia.org

9 comentarios:

LordVader dijo...

un poquito radicales los experimentos, no? Meneada.

Bovolo dijo...

Merci x el meneo Lord Vader!

Realmente hasta que no vi los vídeos y vi al Albert llorando y aterrorizado no me di cuenta de lo "bestia" que eran.

Saludos!

aldara san lorenzo dijo...

Me vas a perdonar porque el primer comentario que haga en tu blog (que intuyo magnífico) sea un tanto radical. Pero es que no puedo con estas cosas -se hagan bajo la capa del beneficio de la humanidad o del de la Santa Companha-. Ahí va:

¡Menudo hijo de puta, el tal Watson!

Lástima no haber podido experimentar con él y sus emociones cualquier otra bestialidad.

Me ahorro ver las imágenes, cabovolo, porque sé que no las olvidaré. Si hay algo con lo que no puedo es con el maltrato o el abuso al indefenso, al débil, al que no sabe o no puede plantar cara o al que no está en las mismas condiciones. Y eso incluye animales, niños, enfermos, discapaces y viejos.

(Ahora seguiré leyéndote, ¡¡como haya más de ésto TE LA GANASSSSSSS!! -Avisado vas....)

it ;-))

Bovolo dijo...

Bienvenida it!

Espero que te guste el blog ;-)

La verdad que mejor no veas lo vídeos, pq yo hasta que no los vi no comprendí lo "bruto" q era este buen hombre.

Como dicen una imagen vale más que mil palabras.

Realmente, me impresiono!

Saludos!

Anónimo dijo...

Felicitaciones por el blog y por el premio.

http://deltomate1.blogspot.com/2008/04/premio-brillante-weblog-2008.html

Facu dijo...

En su época era el paso obvio a dar luego de los experimentos de Pavlov y las implicaciones que tuvo para la psicología en sus inicios. Me recuerda a un experimento hecho en los 40/50 (si mal no recuerdo, puede haber sido antes) donde ponian a un infante junto a un bebé chimpancé, justamente la idea del experimento era ver si el habla era una habilidad humana o de la sociedad. Al bebé lo temrinaron sacando del experimento, pero al comienzo se desarrollaban identicamente ambos, pero el niño pudo hablar y el chimpancé no ambos con los mismos estímulos, pequelño detalle que los chimpancés carecen de cuerdas vocales, motivo que les impide realizar los mismos sonidos que nosotros (o sea hablar).

Buen Post

Bovolo dijo...

Muy interesante el experimento del que hablas. Tendré que buscar más información.

De hecho, di con este tema buscando alguno de esos experimentos en los que no se enseñaba a hablar a un niño, que había oído que habían acabado bastante mal.

Pepe, gracias por el premio, ahora lo vi. Se me debió traspapelar tu comentario. Lo siento!

Carmelo dijo...

Sí sí, nos echamos las manos a la cabeza por que los investigadores causan estres y/o ansiedad a los participantes en un experimento, pero luego nos partimos la caja cuando vemos bromas de cámara oculta tan fuertes como estas: http://www.youtube.com/watch?v=sIZ0a5dTHGw
http://www.youtube.com/watch?v=XDj0AoU5fsE
Los investigadores en psicología tenemos que atenernos a las normas éticas de la APA, lo cual limita mucho muchísimo nuestra capacidad de investigar, pero en todo este tipo de bromas no hay consentimiento informado, información al participante, ni nada parecido.
Gracias a Watson (entre otros) se pueden aplicar hoy en día terápias de desensibilización sistemática (por ejemplo) que está ayudando a mucha gente.

Unoalmesomas dijo...

Aunque sea redundante: los experimentos había que hacerlos con ellos...